Imagen tomada por mí |
Texto de Nicolas Guillén.
Ilustraciones de Carmen Pérez.
Ediciones Colihue, colección Los Morochitos.
Ay, señora, mi vecina...
¡Ay, señora, mi vecina,
se me murió la gallina!
Con su cresta colorada,
y el traje amarillo entero,
ya no la veré ataviada,
paseando en el gallinero,
pues señora mi vecina,
se me murió la gallina,
domingo de madrugada;
sí, señora, mi vecina,
domingo de madrugada;
ay, señora, mi vecina,
domingo de madrugada;
ay señora, mi vecina,
domingo de madrugada.
¡Mírame usted cómo sudo,
con el corral enlutado,
y el gallo viudo!
¡mírame usted cómo lloro,
con el pecho destrozado
y el gallo a coro!
¡Ay, señora, mi vecina,
cómo no voy a llorar,
si se me murió mi gallina!
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